La
placenta es un órgano fantástico por derecho propio. Proporciona la interfaz
indispensable entre la madre y el feto. De hecho, la anatomía placentaria, la
fisiología y la estructura molecular siguen siendo algunos de los temas más
intrigantes y poco estudiados en obstetricia.
Placenta
normal
A término, la
placenta típica pesa 470 g, es de redonda a ovalada con un diámetro de 22 cm, y
tiene un grosor central de 2.5 cm. Está compuesta por un disco placentario,
membranas extraplacentarias y cordón umbilical de tres vasos. La superficie del
disco que se apoya contra la pared uterina es la cara basal, que está dividida
por hendiduras en porciones, llamadas cotiledones. La superficie fetal es la
cara coriónica, en la cual se inserta el cordón umbilical, típicamente en el
centro. Los vasos fetales grandes que se originan en los vasos del cordón, se
ramifican y se diseminan a través de la cara coriónica antes de ingresar a las
vellosidades primarias del parénquima placentario. Continuando su recorrido,
las arterias fetales, casi invariablemente, se disponen encima de las venas. La
cara coriónica y sus vasos están cubiertos por un delgado amnios que se puede
despegar con facilidad de una muestra posterior al parto.
Anomalías que se puede presentar en la placenta
1. Variantes
de forma y tamaño.
Como variantes, las placentas se pueden formar con
poca frecuencia como discos separados, de tamaño casi igual. Esta placenta
bilobulada también logra denominarse placenta bipartita o dúplex. En ésta, el
cordón se inserta entre los dos lóbulos placentarios, ya sea en un puente
coriónico de conexión o en membranas intermedias. Una placenta que contiene
tres o más lóbulos de tamaño equivalente es rara y se denomina multilobulada. A
diferencia de esta distribución igual, uno o más lóbulos separados por
accesorios más pequeños, los lóbulos succenturiados pueden desarrollarse en las
membranas a una distancia de la placenta principal.
Estos lóbulos tienen vasos que atraviesan las
membranas. De importancia clínica, si estos vasos cubren el cuello uterino para
crear una vasa previa, puede producirse una hemorragia fetal peligrosa después
de la laceración del vaso. Un lóbulo accesorio
también se puede retener en el útero después del parto y causar atonía uterina
posparto y hemorragia o endometritis tardía. Un lóbulo
accesorio también se puede retener en el útero después del parto y causar
atonía uterina posparto y hemorragia o endometritis tardía.
2. Placentación extracorial
La cara coriónica normalmente se extiende a la
periferia de la placenta y tiene un diámetro similar al de la cara basal. Sin
embargo, con la placentación extracorial, la cara coriónica no puede extenderse
a esta periferia y conduce a una cara coriónica que es más pequeña que la cara
basal. Los dos tipos de placentas son la circunmarginada y circunvalada. En una
placenta circunmarginada la fibrina y la hemorragia vieja se encuentran entre
la placenta y el corioamnios transparente que la recubre. Por el contrario, con
una placenta circunvalada, la periferia del corion es un reborde circular
gris-blanco, opaco y engrosado, compuesto por un pliegue doble de corion y
amnios. Sonográficamente, el pliegue doble se puede ver como una banda de eco
grueso y lineal que se extiende desde un borde placentario al otro.
3. trastornos
Circulatorio
Funcionalmente,
los trastornos de perfusión placentaria se pue- den agrupar en 1) aquellos en
los que el flujo de la sangre materna hacia o dentro de los espacios
intervellosos es interrumpido y 2) aquellos con flujo fetal alterado a través
de las vellosidades. Las lesiones que alteran la perfusión con frecuencia se
observan de forma macroscópica o ecográfica, mientras que las lesiones más
pequeñas sólo se observan histológicamente. Con la ecografía, muchos de estos,
como la deposición de fibrina subcoriónica, la deposición de fibrina
perivellosa y la trombosis intervellosa, aparecen como sonolucencias focales
dentro de la placenta.
3.1. Interrupción del
flujo sanguíneo materno
- Deposición de fibrina subcoriónica: Estas
colecciones son causadas por la disminución del flujo sanguíneo materno
dentro del espacio intervellosos. En la porción de este espacio cerca de
la cara coriónica, la estasis venosa es prominente y conduce a la
posterior deposición de fibrina.
- Deposición
perivellosa de fibrina: Estos pequeños nódulos placentarios de
color amarillo-blanco son extremadamente visibles dentro del parénquima de una
placenta seccionada. Dentro de los límites, estos reflejan el envejecimiento
placentario normal.
- Trombo
intervellosos: Esta es una colección de sangre materna coagulada que
normalmente se encuentra en el espacio intervellosos mezclado con sangre fetal
a partir de una ruptura en una vellosidad. Simplemente, estas colecciones
redondas u ovaladas varían en tamaño hasta varios centímetros. Aparecen de
color rojo si son recientes o de color blanco-amarillo si son más antiguas, y
se desarrollan a cualquier profundidad de la placenta.
- Infarto: Las
vellosidades coriónicas reciben oxígeno únicamente de la circulación materna
suministrada al espacio intervellosos. Cualquier enfermedad uteroplacentaria
que disminuya u obstruya este suministro puede provocar el infarto de una
vellosidad individual.
- Hematoma: Los
hematomas evolucionan con el tiempo y parecen hiperecogénicos a isoecoicos en
la primera semana después de la hemorragia, hipoecoicos de 1 a 2 semanas y,
finalmente, anecoicos después de 2 semanas. La mayoría de los hematomas
subcoriónica visibles por ecografía son bastante pequeños y no tienen consecuencias
clínicas.
3.2 Interrupción del flujo
sanguíneo fetal
- Vasculopatía trombótica fetal: La
sangre fetal desoxigenada fluye desde las dos arterias umbilicales a las
arterias dentro de la cara coriónica que divide y envía ramas a través de la
superficie de la placenta. Este suministro de vellosidades primarias, y su
trombosis, eventualmente obstruirá el flujo
- Lesiones vellosas vasculares: Existe un espectro de
lesiones capilares vellosas:1- corangiosis: se caracteriza por un aumento del
número de capilares dentro de las vellosidades terminales. 2- La corangiomatosis:
Se caracteriza por un aumento del número de capilares en las vellosidades
primarias, pero las vellosidades terminales se conservan. 3- Los corioangiomas:
Es un tumor no trofloblastico más frecuente en la placenta. Es una lesión poco
usual y se reporta que esta neoplasia ocurre un 1%.
- El
hematoma subamniótico: Como se indicó con anterioridad, estos hematomas se
encuentran entre la cara coriónica y el amnios. En la mayoría de los casos, son
eventos agudos que ocurren durante la tercera etapa del parto cuando la
tracción del cordón rompe un vaso cerca de la inserción del cordón. Las grandes
lesiones crónicas antes del parto pueden causar hemorragia fetomaterna o
crecimiento intrauterino retardado.
4. Calcificación
Placentaria
Las sales de calcio se pueden depositar en toda la
placenta, pero son más comunes en la cara basal. La calcificación se acumula
con el avance de la gestación, y se asocian mayores grados con el tabaquismo y
el aumento de los niveles séricos de calcio en la madre. Estos depósitos
hiperecoicos se pueden ver con facilidad ecográficamente, y una escala de
calificación de 0 a 3 refleja una calcificación creciente con un grado numérico
creciente. Siguiendo este esquema, una placenta de grado 0 es homogénea, carece
de calcificación y muestra una cara coriónica lisa y plana.
5. Tumores
Placentarios
5.1 El corioangiomas:
Estos tumores benignos tienen componentes similares a los vasos sanguíneos
y el estroma de las vellosidades coriónicas. También llamados corangiomas,
estos tumores placentarios ocurren con una incidencia de aproximadamente 1%. En
algunos casos, la hemorragia fetomaterna a través de los capilares del tumor
conduce a niveles elevados de alfa-fetoproteína sérica materna MSAFP (maternal
serun alpha-fetoprotrin), lo que provoca una evaluación ecográfica. Su aspecto
ecográfico característico muestra una lesión bien circunscrita, redondeada,
predominantemente hipoecogénica, que se encuentra cerca de la cara coriónica y
sobresale en la cavidad amniótica. Documentar el aumento del flujo sanguíneo
mediante Doppler ayuda a distinguir estas lesiones de otras masas placentarias
como hematomas, mola hidatidiforme parcial, teratomas, metástasis y leiomiomas.
Aunque raros, los tumores corangiocarcinoma reflejan clínicamente corangiomas.
5.2 Los tumores
metastásicos: Los tumores malignos maternos raramente hacen metástasis
en la placenta. De los que sí lo hacen, los melanomas, las leucemias y los
linfomas, y el cáncer de mama son los más comunes. Las células tumorales por lo
general están limitadas dentro del espacio intervellosos. Como resultado, las
metástasis al feto son poco frecuentes, pero se observan con mayor frecuencia
con el melanoma. Del mismo modo, los casos en los que la malignidad fetal
metastatiza a la placenta son raros. Estos son tumores neuroectodérmicos
predominantemente fetales, y sólo un caso en la literatura describe el
trasplante de tumor al útero materno.
La flora normal del tracto genital
puede colonizar e infectar las membranas, el cordón umbilical y, al final, el
feto. Las bacterias suelen ascender después de la rotura prolongada de la membrana
y durante el parto para causar infección. Los organismos inicialmente infectan
el corion y la decidua adyacente en el área que cubre el orificio cervical
interno. Posteriormente, la progresión conduce a una afectación de espesor
total de las membranas, la corioamnionitis. Los organismos a menudo se
diseminan a lo largo de la superficie corioamniónica para colonizar y
replicarse en el líquido amniótico.
7. Anomalías del cordón umbilical
Longitud: La
longitud del cordón se ve influida positivamente por el volumen de líquido
amniótico y la movilidad fetal. Los cordones cortos se han relacionado con
malformaciones congénitas y sufrimiento intraparto.
Espiralización: Por
lo general, los vasos umbilicales giran en espiral a través del cordón en una
dirección sinistral, es decir, girando a la izquierda. El número de espirales
completas por centímetro de longitud del cordón se denomina índice espiral
umbilical.
Número
de vasos: En el primer trimestre, la vena derecha generalmente se
atrofia dejando una vena grande que acompaña a las dos arterias umbilicales de
paredes gruesas. Los cordones de cuatro vasos son raros y a menudo se asocian
con anomalías congénitas.
Restos
y quistes: Varias estructuras se alojan en el cordón umbilical durante
el desarrollo fetal, y sus restos se pueden ver cuando el cordón maduro se ve
transversalmente. Estos no fueron asociados con malformaciones congénitas o
complicaciones perinatales. Los quistes ocasionalmente se encuentran a lo largo
del cordón. Estos se designan de acuerdo a su origen. Los verdaderos quistes
son restos de conductos alantoideos o vitelinos revestidos de epitelio y
tienden a ubicarse más cerca del sitio de inserción fetal.
Inserción: El cordón por lo regular se inserta
centralmente en el disco placentario, pero las inserciones excéntricas,
marginales o velamentosas son variables. o Inserciones excéntricas: no presentan un riesgo
fetal identificable.
o Inserción marginal: es una
variante común, a veces denominada placenta de batalla, en la que el cordón se
ancla en el margen de la placenta.
o Inserción
velamentosas: Los vasos umbilicales viajan característicamente dentro de
las membranas antes de alcanzar el margen placentario.
Nudos, constricciones y lazos: Los nudos se pueden encontrar
incidentalmente durante la ecografía preparto, y es sugerente un signo de “lazo
colgante. -Nudos
verdaderos: en aproximadamente 1% de los nacimientos. Estos se forman a partir
del movimiento fetal, y los riesgos asociados incluyen hidramnios y diabetes.
-Nudos
falsos: a partir de la redundancia focal y el plegamiento de un vaso del cordón
umbilical. Estos carecen de importancia clínica.
Diagnóstico
ü Ecografía por Doppler
ü Histopatología
Clínica
La mayoría de las gestantes no presentan síntomas
algunas gestantes pueden presentar:
· Sangrado
Vaginal.
· Infección.
· Hemorragias
postparto.
· Se
observa en el ultrasonido si hay alguna anomalía.
Puede provocar preclamsia, alteraciones en la FCF.
Como afecta el embarazo
Maternas:
§
Shock debido a la perdida de sangre
§
Rotura uterina.
§
Infección.
§
Perdida de la capacidad reproductiva.
§
Problemas de coagulación de la sangre.
§
desprendimiento prematuro de placenta
§
Lesión de órganos adyacentes.
§
Insuficiencia renal y de otros órganos debido a la
perdida de sangre.
§
En raras ocasiones si no se puede detener el
sangrado uterino puede ser necesaria una distectomia.
§
Embolia de líquido amniótico.
Fetales:
§
Crecimiento deficiente por no recibir suficientes
Nutrientes.
§
Mostrar signos de sufrimiento fetal.
§
Insuficiencia de oxigeno.
§
Nacimiento prematuro.
§
Mal presentación fetal.
§
Muerte Fetal intrauterino.
Intervenciones
de enfermería
o Monitorización de los signos vitales para evitar
complicaciones.
o Recogida y análisis de datos de la paciente para
minimizar o prevenir posibles complicaciones neurológicas.
o Manejo y gestión del shock por déficit de volumen
asegurando una perfusión tisular adecuada. administrando terapia intravenosa
con lactato de ringer.
o Vigilar el foco fetal de manera continua para
confirmar el bienestar del feto.
o Proporcionar oxigenoterapia a la paciente si esta
prescrito.
o Conservar a la paciente en decúbito lateral para
que el útero no comprima la vena cava y así favorecer el riego sanguíneo a los
espacios intervellosos.
o Apoyar emocionalmente tanto a la paciente como a la
familia proporcionando consuelo y animo en los momentos estresantes.
o Control y prevención de infecciones: minimización
de la adquisición y transmisión de agentes infecciosos mediante la
administración de antibiótico pautado.
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